Cuando se habla del halving de Bitcoin, nos estamos refiriendo, lisa y llanamente, al acto de reducir justo a la mitad la recompensa que se obtiene por añadir un nuevo bloque a la blockchain de Bitcoin.

Claro que, una cosa es conocer el significado del término y otra tener una perspectiva amplia de por qué se lleva a cabo este proceso y cuáles son sus implicaciones dentro del tan peculiar sistema creado por la primera y más popular de las monedas digitales.

Minería, liberación de monedas y recompensa

En el engranaje que componen las diferentes piezas de Bitcoin, todo está calculado de antemano al milímetro. El protocolo de la criptomoneda determina cómo han de hacerse las cosas y una de sus normas fundamentales prescribe que la oferta total de bitcoins tiene su límite en 21 millones de unidades.

Más aún, dicho protocolo preveía que, de acuerdo a un cierto ritmo de generación de bloques, el último bitcoin de la historia se «liberase» en el año 2140 —lo que no quiere decir que vaya a cumplirse, pues el ritmo de crecimiento está siendo algo más rápido de lo estimado—.

Minero tratando de extraer bitcoins

Pero vayamos al principio, al origen, exactamente al día 3 de enero de 2009, fecha en que fuesen generadas (o liberadas) las primeras 50 unidades de la divisa electrónica, mediante la creación del primer bloque de Bitcoin o bloque Génesis.

Desde entonces, para producir nuevos bitcoins, el sistema de la criptomoneda viene funcionando según un mecanismo de competencia denominado minería digital. Por medio de un cuantioso incentivo económico para los ganadores, alenta a los usuarios de la red Bitcoin a minar, esto es, a realizar una sumamente exigente prueba de trabajo cuyo éxito permite generar nuevos bloques de transacciones en la blockchain y, con ello, la liberación de más y más unidades de la moneda electrónica.

Halvings que ya han ocurrido

Como decíamos, el creador o creadores de bitcoin —a día de hoy aún no sabemos quién o quiénes se ocultan bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto—, tienen las ideas muy claras. Desde la misma fundación de la divisa digital, implantaron el procedimiento para ir generando bloques y bitcoins conocido como minería. También un sistema de recompensa para los mineros victoriosos que sigue un esquema de serie geométrica de razón ½, o lo que es lo mismo: que va reduciendo la recompensa en bitcoins a la mitad cada vez que ha transcurrido cierto periodo de tiempo.

De esta manera, fijada la cifra límite de 21 millones de unidades, la liberación de bitcoins puede seguir una progresión geométrica constante, disminuyendo su ritmo de creación ordenadamente y de forma paulatina, hasta que el último de los bitcoins fuese puesto en circulación, algo que debía ocurrir allá en el año 2140.

Es por este motivo que durante los primeros cuatro años de existencia de la criptomoneda (desde el 2009 al año 2012), la recompensa para los mineros de Bitcoin por resolver el problema criptográfico de un bloque, la prueba de trabajo, estuvo estipulada en 50 bitcoins.

Así hasta llegar al bloque 210.000, preciso momento (28 de noviembre del 2012) en que se pasó a percibir 25 bitcoins por bloque generado. Y desde ese punto de la cadena, al bloque exacto 420.000, suceso que se produjo el 6 de julio del 2016 y que partiría nuevamente por dos la recompensa, para situarla en los 12,5 bitcoins en los que nos hallamos todavía hoy. Minero tras resolver la prueba de trabajo bitcoin.

Como podemos comprobar por estos datos, el momento de corte a la mitad o halving ha tenido lugar una vez cada algo menos de 4 años —en la última ocasión ya con casi cinco meses de adelanto—, no de 4 en 4 como se preveía en un principio. Esto es así porque el ritmo de generación de bloques está siendo más rápido del estimado, por dos motivos:

    • la tecnología para minar mejora a grandes pasos, y
  • el número de mineros no para de crecer.

Digamos que, aunque la prueba de trabajo se complique, los incesantes esfuerzos por resolverla progresan todavía a mayor velocidad —en determinados periodos— y logran que se vayan acortando los plazos; si bien aún no sea por mucho, y se espere una eficacia minera muy superior en el futuro.

El próximo Halving, cada día mas cercano

La cuenta atrás para el próximo halving, en todo caso, ya hace tiempo que comenzó, y la gradual caída de la recompensa, aunque se produzca de forma espaciada, junto con el continuo aumento de la competencia, provocan serios recelos en los mineros y hacen planear una gran sombra de duda sobre el mecanismo en conjunto.

Pero el debate podría abrirse a infinidad de interrogantes (muchos de ellos sin una respuesta clara o directamente estériles) y la cuestión presenta ramificaciones muy variadas.

Tenemos, sin ir más lejos, la continua alza y bajada del precio del Bitcoin, que tanto afecta a la rentabilidad del minado electrónico. Esta sacudida de precios podría o debería producirse en las semanas previas y posteriores a un halving, con los mineros vendiendo sus bitcoins muy alto para cubrir su inversión. Sin embargo, en los dos halvings vividos hasta el momento finalmente no se produjo. Las oscilaciones en el precio de la moneda electrónica resultaron mucho menores de las auguradas (por algunos), y por añadidura notablemente más pequeñas que las que ha habido en otros momentos, por razones que nada tienen que ver con el proceso de disminución de la recompensa o halving.

Otro factor a tener en cuenta

Remuneración Bitcoin por tasas de transacción.

Hay que tener en cuenta en todo esto las tasas de transacción. Aunque la recompensa por generar un bloque es el principal incentivo económico para los mineros, no se trata del único.

Los mineros de Bitcoin también pueden percibir una cierta cantidad de satoshis, la resultante de sumar todas las tasas aparejadas a las transacciones del bloque que el minero  haya conseguido agregar a la blockchain.

Esta especie de impuesto o tributo se denomina tasa de transacción. Dicha tasa es importante para conseguir una verificación rápida de la transaccion, de tal manera que cuanto más alta, tendrá más prioridad para los mineros y sera confirmada antes.

Esta otra fuente de remuneración o segunda recompensa para mineros, va a tener un peso más y más grande dentro de la minería de Bitcoin y que servirá para ir compensando el halving.

El Halving contra la inflación en el precio

El halving no sólo obedece a una simple cuestión de orden matemático, sino que este método fue ideado con el firme propósito de poder mantener la inflación del bitcoin bajo control. Esta inflación es, precisamente, uno de los principales defectos del dinero fiduciario, aquel que se basa en la mera confianza de la comunidad y, por consiguiente, no viene respaldado por algún metal precioso (como el oro) ni ninguna otra cosa que no sea una promesa de pago por parte de la entidad emisora. Al crearse más unidades monetarias de la cuenta, las leyes de la oferta y demanda pueden hacer que el valor de la moneda caiga rápidamente, conduciendo a una espiral inflacionaria catastrófica.

Para evitar tal escenario, Bitcoin fue proyectado a imagen y semejanza de los sistemas monetarios que adoptan como base el patrón oro. Existe en el mundo una cantidad limitada de oro (o de bitcoins), y con cada gramo de oro que se extrae, va quedando menos oro y éste resulta más difícil de extraer.

Gracias a esta limitación intrínseca al sistema, el oro fue conservando su valor y pudo mantenerse como medio de intercambio internacional durante más de 6.000 años. ¿Conseguirá Bitcoin un logro semejante? La esperanza, al menos, es que, apoyado en su complejo, exhaustivo y, sobre todo, abierto entramado digital, la pionera y más importante de las divisas electrónicas encuentre una aceptación universal y un equilibrio en los que logre  mantenerse durante muchos, muchos años.