El año 2017 significó una verdadera revolución para el mercado de las criptomonedas. El principal motor de esta situación estuvo impulsada por el Bitcoin, el cual pasó de un precio cercano a los mil dólares a principios del año a los más de veinte mil dólares a mediados de diciembre. Ello, generó que voces especializadas, entre la que destaca el Nobel de economía Joseph Stiglitz, señalaran al mercado de las criptomonedas como una burbuja financiera.

Para entender esta afirmación, se debe señalar que una burbuja financiera es un fenómeno según el cual un bien (en este caso, una moneda virtual), sufre un alza de su precio, sin que ello se corresponda con el precio real de dicho bien.

Así, el mercado se satura del bien con un precio irreal, hasta que los oferentes (compradores) deciden no seguir comprándolo y el precio cae estrepitosamente, lo cual se conoce como la explosión de la burbuja.

¿es el bitcoin una burbuja financiera?

Ahora bien, vale la pena preguntarse si realmente se estuvo en presencia de una burbuja financiera. La respuesta es que no, y la mayor prueba de ello es que las criptomonedas sigan cotizándose en el mercado, con un precio a la alza, aunque inferior al máximo alcanzado a finales de 2017. No obstante, lo que sí quedó evidenciado en la situación ocurrida fue el alto grado de variabilidad y fluctuación del mercado de las criptomonedas.

En principio el alza de los precios estuvo influenciada por la novedad que representaba el bien para los nuevos usuarios. A mayores oferentes (usuarios inversionistas), el precio subía. Muchas personas hacian ofertas de compra, lo que desencadenó que el precio a monedas virtuales, como el Bitcoin, alcanzara cifras astronómicas.

Causas de la baja de los precios de las monedas virtuales

El valor del Bitcoin, al igual que de todas las monedas virtuales, no está anclado a un precio de referencia. Éste depende enteramente de la confianza que las personas depositen en él. Por ello, siendo que los criptoactivos no tienen un respaldo en bienes reales (reservas, oro, bienes inmuebles), queda anclado a lo que las personas estén dispuestas a pagar. Es precisamente este elemento lo que hace que los precios sean inestables, a la alza o a la baja.

Por ello, si bien la novedad de inversión y expectativas de lucro hacen que el precio suba, las señales de restricción, regulación o inseguridad hacia los criptoactivos, impulsa el precio a la baja. Cada uno de los elementos negativos antes mencionados se presentaron de forma concurrente finalizado el 2017, como se menciona a continuación.

Restricción: los anuncios de China sobre la prohibición del minado en su territorio.

Baneo : Google, Twitter y Facebook prohiben en sus plataformas los anuncios publicitarios relacionados con las criptomonedas.

Regulación: Corea del Sur impulsó una campaña para que los tigres asiáticos (Corea del sur, Japón y China) establecieran un marco regulatorio común para las criptomonedas.

Inseguridad: los ataques informáticos sufridos

Criptomonedas amenazadas por inversores

Todo lo anterior generó miedo y desconfianza en el mercado, disminuyendo el precio del bien. A esto, se debe agregar la intervención de los especuladores de oficio. Con el alza progresiva del precio de los criptoactivos, surgieron inversores especulativos, quienes lejos de buscar una forma de ahorrar o invertir, comenzaron a realizar compras desmedidas con el objetivo de inflar ficticiamente el precio. Una vez que el precio llegó a niveles de ganancias, los mismos inversores especulativos comenzaron con la venta, aprovechando el pico del precio. El resultado es simple: mucha ganancia para el especulador frente a un mercado de pérdidas.

Consecuencia de lo anterior, el mercado sufrió una considerable caída, aunque no su quiebre o desaparición. Por el contrario, si bien los precios de las criptomonedas retrocedieron en un 60% en relación a su pico histórico, han estado a la alza durante buena parte de 2018. Situación propia de su naturaleza fluctuante, pero que no puede entenderse como una burbuja, sino como un mercado altamente variable.