Origen — Blockchain

Para entender cómo funciona la minería de bitcoins, primero debemos saber que la pionera y más popular de las criptomonedas, el bitcoin, fue creada sobre el sustento de una tecnología que se conoce como blockchain —en español, cadena de bloques— y que, explicado del modo más sencillo posible, consiste en una base de datos que toma la forma de una serie articulada de bloques de información, donde cada bloque que se crea enlaza con un bloque previo de la cadena, quedando al instante sellado para impedir su modificación, y a la espera de que se le vincule un nuevo bloque. 

El blockchain de bitcoin es un libro de registro digital, con una base de datos pública, además de inalterable, y que —aquí es donde entrarían en juego los mineros— sólo puede ser actualizada mediante el consenso de la mayoría de los participantes en el sistema. 

 

Mineros digitales

Minero tratando de extraer bitcoins.

De forma paralela al bitcoin, y de la mano de su mismo creador, Satoshi Nakamoto, surgía la cadena de bloques o blockchain, que actuaba como base de datos y copia de seguridad, y que es el sistema que desde entonces hasta hoy sirve de archivo para todas las operaciones realizadas con la criptomoneda.   

Cada vez que se lleva a cabo una transacción con bitcoins, la red P2P de la moneda virtual genera un registro de ella, que es compartido de manera pública, y que por consiguiente también es públicamente verificable. 

El trabajo de los mineros consiste, precisamente, en confirmar estas transacciones y escribirlas, para dejar constancia de ellas de manera definitiva, en el «libro de cuentas», el blockchain. 

Los mineros —o para ser exactos sus ordenadores— trabajan desenfrenadamente, en muchos casos día y noche, de forma ininterrumpida, para resolver problemas matemáticos a cambio de una (posible) retribución en bitcoins. 

El proceso es harto complejo y requiere, además de constancia y paciencia como decimos, sólidos conocimientos informáticos, un equipo de hardware muy potente y, por añadidura, la aplicación de un enorme gasto energético.

Dura pugna por el oro digital

Todos los mineros de la red, compiten entre sí por ser los primeros en hallar la solución al problema criptográfico de su bloque candidato. De acuerdo al protocolo bitcoin, sólo debe de salir un bloque válido cada diez minutos (con independencia de cuánto trabajo haga la red), siguiendo un proceso de continuo reajuste de la dificultad de minado.    

En cualquier caso, el coste de ser un minero es ciertamente grande, ya que la búsqueda del número clave, del nonce, exige no sólo estar en posesión de un potente equipo de hardware (cuánto más rápido sea el procesador, mayores serán las posibilidades de éxito de su propietario), sino también el consumo, y gasto, de una enorme cantidad de energía o kilovatios. 

Pero el esfuerzo —al menos para algunos— merece la pena, ya que la recompensa para el primer minero capaz de sellar un bloque, asciende a 12,5 bitcoins, lo que en el momento de escribir estas líneas equivale a nada menos que 104.601 dólares.

Mineros de Bitcoin con éxito

Además de ello, los mineros digitales también pueden recibir una cierta cantidad de bitcoins, en concepto de comisiones voluntarias por transacción, y que son las tasas pagadas por los usuarios que, voluntariamente, deciden dar al minero un incentivo para que incluya  transacción en su bloque.